El descanso del peregrino es mucho mas que una casa rural de cinco estrellas, es tradición viva, hecha de pedacitos de historia y el trabajo de numerosos artesanos; sus bóvedas en los techos, artesonados de madera, suelos de barro hechos a mano, empedrados de cantos rodados, herrajes forjados en fraguas, muebles que han pasado de generación en generación, ajuares herencias de antepasados… todo ello nos traslada a otra época donde el transcurrir de la vida pasaba mas lento, impregnándonos de su ambiente tranquilo y pausado